Iniciaba el siglo XXI y Polly Jean despertaba mirando las calles de New York envueltas por una bruma melancólica que luego de disiparse dejaba al desnudo los afectos y las emociones de presencias fantasmales, de cuerpos azulados y silencios cómplices. Estas imágenes quedaron registradas como canciones en Stories From the City, Stories From The Sea. La resaca de los noventas había quedado atrás y el influjo de las malas semillas expirado: PJ ya no flotaba más sobre una corriente de agua por culpa de una pena de amor. El camino accidentado, áspero y urgente trazado por Rid of Me o Dry fue abandonado para tomar una ruta más apacible, pero no por eso más complaciente; las navajas, los discos de Patti Smith y los rincones oscuros ya no la seducían tanto como antaño. En ese momento, John Parish y el piano surgieron como los acompañantes ideales para este nuevo período.
Pero PJ Harvey solo es feliz en el cambio permanente. Siempre amanece en una estación distinta. Las teclas blancas y negras no traducen más su pulso vital, prefiere rasgar las cuerdas de un arpa para cantarle a su nueva obsesión: Inglaterra. Y a la frágil Polly Jean le duele sentir y pensar la tierra natal. Lo hace entre aires pastoriles, balanceándose entre vientos de guerra y samplers de reggae, prefiriendo la calma al caos, cómoda en las atmósferas sosegadas del folk y jugando ocasionalmente con la disfuncionalidad eléctrica. Entre esos sonidos, la inglesa reflexiona sobre el devenir del orgulloso imperio y sus afanes expansionistas. Las historias de Let England Shake no hablan de tragedias de alcoba o de solitarios en un bar: se centran en un pasado glorioso y en la vocación belicista alimentada por la sed insaciable de acumular riquezas y territorios. Ella ha visto los noticieros y se ha deprimido. Por eso reniega de Europa y siente nostalgia por los tiempos de bonanza y esplendor: la ceniza esta vez no se desprende de un cigarrillo, sino de cuerpos anónimos caídos en algún paraje olvidado de Kabul.
Inglaterra, como el rock, es el reino de la provocación superficial. Let England Shake reúne ambos universos y les devuelve el brillo que siempre deberían lucir.
PJ Harvey “The Last Living Rose”
Del álbum Let England Shake (2011)
Ya los extrañaba chingaos. No vuelva a abandonar este blog.
Buen disco de la PJ, lástima que haya salido el mismo año que el de Tom Waits, el cuál le quita el título de disco del 2011
A mi opinión el mejor disco del 2011
También me late un chorro este blog, ojala crezca más.